jueves, 2 de diciembre de 2010

Indiferencia como consecuencia de un sensacionalismo cruel



Vivimos en la era audiovisual. El dominio de las pantallas es indiscutible. Las imágenes forman parte de nuestra vida diaria como el comer. El valor de una noticia depende en la mayoría de ocasiones de las imágenes que la acompañan. Sin ellas una noticia hoy en día no vale nada.

Para el espectador se han convertido en una parte esencial. Se siente más informado y más cerca del acontecimiento. La pregunta que se plantea es ¿ estamo mejor informados por que a la noticia le acompañe una imagen de las víctimas de una catástrofe, una imagen que no aporta dato alguno de la tragedia y solo muestra cadáveres? o ¿ hemos perdido la sensibilidad ante imágenes impactantes que deberían provocarnos rechazo y en vez de eso nos atraen cada vez más?

Hoy en día las imágenes que deberían ser consideradas demasiado impactantes e hirientes para la sensibilidad, son recibidas por la mayoría del público con aplausos y expectación. La indiferencia se apodera de la audiencia ante la pérdida de seres queridos de terceros o ante víctimas de catástrofes y guerras a causa de una persecución del sensacionalismo por parte de los medios que parece que se retan entre ello para ver quien consigue la imagen mas impactante.

Y todo esto es la consecuencia de unos medios de comunicación que poco a poco nos han ido acostumbrando a ser testigos de los acontecimientos a acercarnos lo máximo posible a lo ocurrido aunque esto signifique presenciar la muerte de una persona en directo o ver una madre echada en el suelo llorando la muerte de su hijo de cuatro años, muerto en un ataque terrorista o como víctima de un conflicto.

La imagen de esa madre no tiene ningún valor informativo. El espectador es completamente consciente de la existemcia de las víctimas y del dolor, de hechos tan terribles . El sacarle una foto a una persona en un momento tan profundo dolor puede que ayude a crear un sentimiento de compasión e intentar que la sociedad adopte una actitud de rechazo a la violencia y crueldad y de apoyo a las personas que lo necesiten. Lamentablemente en muchas ocasiones ocurre lo contrario . Imágenes de muerte y destrucción recorren las pantallas y la reacción habitual suele un " qué fuerte" mientras se cena delante del televisor antes de cambiar de canal. Y lo mismo sucede en casi todos los medios y soportes. Como profesionales de la comunicación deberíamos realizar una mayor selección a la hora de elegir las imágenes de portada siempre siendo conscientes de que son víctimas reales que se muestran, personas que tenían familia que le podrían estar viendo en esa foto y seleccionar aquellas imágenes que tengan un valor informativo real.

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